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Aborda `el abismo' el miedo al amor. El escritor considera necesario el romanticismo en la época actual,marcada por un recurrente `vacío vital ' Los románticos perseguían a una gran presa: la pasión. Pero, a diferencia de aquella época, en este principio de siglo son muchos quienes deambulan por los "territorios angustiantes de la soledad sin límite", advierte Federico Reyes-Heroles, seres que por temor a amar se dejan caer en el abismo de una vida sin emociones.

El encuentro entre el actuario Esteban y la psicóloga María, dos solitarios que anteponen el raciocinio a la emoción, es atribuido al azar y a la necesidad. En su tercera novela, El abismo, el narrador y analista político establece una correspondencia entre el Siglo 19, dominado por la fi gura del escritor francés Victor Hugo y su obra Los miserables, y la época actual, marcada por un "recurrente vacío vital".

"La pasión puede ser un antidepresivo más eficiente que el Prozac, pero se ha perdido, tanto en el amor como en el trabajo. ¿Cuántos problemas de desempeño laboral se deben a una falta de pasión? Yo me pregunto, ¿dónde está hoy la pasión, los nuevos locos como Byron? Los románticos justificaban todo por seguir a la pasión, que es una gran fuente de energía".

El temor a la pasión, ¿puede deberse a la carga de peligro, de descontrol, que encierra la palabra? Es cierto que la pasión no se puede gobernar, administrar, es parte del riesgo, pero no siempre implica un final triste...


Reforma (México D.F.), 15-JUL-02
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